lunes, 29 de septiembre de 2014

Mordaza



No sé qué es lo que he hecho mal. No sé porqué nací en un mundo repleto de maldad, de egos confundidos y de aspiraciones vagas y corrompidas que dificultan a nuestra sociedad crecer.

Solo sé que mi sueño de ser madre se convirtió en una realidad. Pero es una realidad a la que la crisis ha salpicado y tan fuerte, que me da vergüenza convivir con mis iguales. Me repudia vivir en una país gobernado por personas que dicen gobernar para el pueblo y sin embargo, solo gobiernan sus actas de concejales y sus puestos de políticos.

Tuve la suerte, o la desgracia, de que mis hijos accedieran a un colegio público cerca de donde vivo. Digo suerte porque muchos vecinos no tienen ese derecho y tienen que desplazarse a otros barrios para que sus hijos tengan una educación. Digo suerte porque, después de deambular varios años de colegio en colegio hasta que fue una realidad construida, ahora nos encontramos con un colegio público, eso sí, cuya infraestructura decae por días: Aulas donde las temperaturas se elevan e imposibilitan a los niños dar clase con normalidad, zonas de arena en infantil cuya higiene y limpieza por parte de las autoridades es limitada, zonas que se inundan cuando llueve...

Pero nos amordazan. Los padres de este colegio somos reivindicativos nos dicen. Nos dicen que siempre estamos en la prensa y denunciando y que están "hartos de nosotros". Sí, eso dicen los políticos que nos gobiernan, que nos quieren sentados en una mesa para dialogar. ¿Y no son suficiente todas las reclamaciones que los padres hacen a la administración?. No. No es suficiente eso. Porque el resto de AMPAS mantienen un pacto de silencio porque si hablan... Si hablan, muchas cosas no las tienen.

¿Qué es eso que reivindicamos y nos hace ser tan malos? ¿Nuestros derechos? ¿Los derechos de nuestros hijos a tener una educación pública de calidad? Eso señores políticos, no es reivindicar, es exigirles a ustedes, que tan acomodados están en sus asientos que cumplan con sus DEBERES. Y no nos tachen de políticos. Los políticos son ustedes, y además unos pésimos gobernantes y peor ciudadanos.

Nos quieren amordazar y sentar en círculo para negociar y que cerremos la boca. Quizás, quizás tengamos que callarnos. Quizás muchos padres, asustados por sus palabras decidan no actuar en aras del beneficio de sus hijos. Y quizás, yo hoy también me calle.

Pero callarnos, amedrentarnos y silenciarnos no significa señores políticos que no dejemos de ver la pésima gestión que hacen, y como benefician a esos que sí lo aceptan el miedo. Quizás hoy me calle para que mis hijos no sufran ese sentimiento de dictadura que ya vivieron nuestros antepasados. Quizás nuestro silencio sea el aullido de nuestros hijos.

Pueden podernos una mordaza en la boca, pero jamás, jamás podrán conseguir el RESPETO  de sus ciudadanos.