Decir que estoy orgullosa es poco. Me siento muy, muy pero
que muy digna de que los profesores que educan y enseñan a mis hijos en la
Escuela Pública hayan secundado masivamente esta reivindicación, y de que
muchos padres decidieran apoyarla tambien no llevando a sus hijos a clase.
Es cierto que tenemos un futuro muy negro. Demasiado oscuro,
y como madre me surgen muchas preguntas acerca de qué es lo que podré
ofrecerles a mis hijos el dia de mañana. Porque no es solo la Educación lo que
está en juego, es la Sanidad Pública, es poder mantener tu puesto de trabajo y
seguir afrontando los gastos básicos a fin de mes. Es seguir siendo contable
sin serlo para que a tus hijos no les falte una mesa donde comer cada día. Y es
seguir manteniendo la sonrisa pese a que el panorama se muestre muy oscuro.
Pero hoy, sé que mis hijos tienen como ejemplo a sus
maestros y sé que la frase de “Profe, yo también te apoyo” que han lucido en sus
camisetas tiene más sentido que nunca, más razón de existir.
Hoy me siento digna de pertenecer a la comunidad en la que
vivo, porque mis amigas de la “escuela”, mis vecinas y hasta mi madre hemos
aportado nuestro pequeño granito arena. Y hoy la frase de “no vamos ha conseguir nada”
ha quedado relegada por la de “¡juntos podemos!".
Daros con este escrito las gracias a todos. Porque como dice
el refrán: “Si una puerta se cierra, se abre una ventana”. Y hoy hemos abierto
los ojos de muchos hermanos.
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