Llegó el momento de la huelga intermitente de la Comunidad Valenciana. Y muchos hemos estado expectantes, ansiosos de que la llamada de la reivindicación por parte de la comunidad educativa se convirtiese en un movimiento capaz de anular todos los recortes que se están aplicando y se aplicarán.
Y decidida, y aportando mi pequeño granito, decidimos en
casa apoyarla y los niños no fueron al colegio.
La expectación dio paso a la decepción. En los medios de
comunicación apenas se hizo ruido, pero esa decepción se vio más significativa
cuando los datos de los docentes que no habían hecho la huelga superaba con
creces a los que, con paso firme y decidido la hicieron y se marcharon a
Valencia para hacer oír sus quejas.
No soy funcionaria pero si defiendo a los trabajadores del
Estado es por varias razones, entre ellas la más importante y que espero que
haga reconsiderar al “esquirol” para la próxima semana.
El tema laboral en el ámbito privado es muy precario,
coaccionado por el miedo de los empresarios hacia sus empleados quienes día a día
ven mermados sus derechos, hasta el punto que la palabra “derechos” se
desdibuja de la política empresarial para subrayar la palabra DEBERES. Cada
uno, a nuestra manera, en nuestras pequeñas aportaciones luchamos contra ellos,
a veces imposible salvar nada.
Sin embargo, es el trabajador del Estado quien mantiene unas
condiciones laborables acordes con la ley, donde no importa si eres hombre o
mujer, ni si eres blanco, azul o negro porque si te has convertido en
funcionario es porque has superado unas pruebas que te acreditan para el puesto
que cubres. Si ahora no eres capaz de luchar por tus derechos, dejas a los
trabajadores tirados por el suelo. Si quienes tenéis la oportunidad de
conseguir las cosas ponéis precio a vuestros derechos no participando en las
reivindicaciones excusados en el dinero… El país, el mundo obrero, caerá
rodando hacia los pies de quien tanto empeño tiene en aumentar las
desigualdades.
Siento dejarte esta responsabilidad, pero me la debes. Me la
debes porque SIEMPRE te hemos apoyado, porque eres parte de mi comunidad y
porque con tu esfuerzo y con el mío, podremos conseguirlo, que nadie te diga lo
contrario. ¿Y ahora, vas a volver replantearte la huelga del próximo martes 22?
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