miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ser mandre en España

Estoy embarazada de 7 meses y es mi tercer hijo. Las casualidades económicas de la vida no me han permitido, durante mis tres maternidades, beneficiarme de las ayudas sociales por ser mamá. En ninguno de mis embarazos cobre los dos mil quinientos euros, ni fui recompensada en las guarderías municipales por llevar a mis hijos para poder seguir manteniendo mi puesto de trabajo.

Ahora veo como tampoco tendré el cheque bebé, aunque si a mi niña Andrea. “Consuelo de madre” dirán muchos. Sin embargo, lo que es sin duda deplorable es que de la necesidad de muchas personas las instituciones pasen. Mi marido y yo nos estamos informando de los beneficios de ser familia numerosa. Entre ellos, la satisfacción de tener una gran familia como siempre quisimos. Pero las compensaciones económicas, realmente carecen de significado. En ese consuelo de madre, como muchos dirán, pienso en cómo mis abuelos siguieron hacia delante con mucho menos y nosotros lo conseguiremos sin duda.

Pero hay que denunciar, por supuesto. Que no estamos en los tiempos de entonces. Que es injusto que se vayan mermando las ayudas sociales, precisamente con un gobierno socialista.Y que afloren, como enormes girasoles, las especulaciones, el horror de quien se aprovecha del más débil y quien se lucra de las desdichas ajenas.

Pese a la subida del gas y de la luz, le daremos a Andrea la oportunidad de tener luz y calor, sin la ayuda del gobierno pero con el cariño de su familia.

sábado, 18 de diciembre de 2010

EL DESEO DE LA IGUALDAD EMPAÑADO

Pocas son las mañanas que al leer la prensa mis ojos evitan fijar la vista, con una tristeza que se agudiza, en noticias sobre la violencia de género. Mujeres que pierden la vida a manos de personas que fueron importantes en la suya. Tan importantes que hasta decidieron acabar con ellas.

Cuando era niña y comprendí el concepto de la igualdad supe que no hay diferencia entre hombres y mujeres. Sin embargo, la vida me ha ido enseñando que sí que la hay. Que nuestra condición femenina no es suficiente para que nuestro desarrollo evolucione sin que la lacra de una mentalidad machista aflore en las esquinas oscuras de la ciudad. Tan cruel como que un día amanezca manchada de sangre junto al cuerpo de una mujer que ha sido calumniada y desvalorada por quien no acepta como es.

Muchos son los medios que se utilizan para radicar este odio, y sin duda, ninguno sirve en el momento en el que un hombre decide poseer la vida de otra persona y respire su último aliento hasta manchar sus manos de sangre.

¿Qué es lo que debemos hacer? Supongo que seguir luchando. Y como mujeres educar a nuestros hijos, los que serán el futuro, para que comprendan y entiendan cual es el verdadero significado de la palabra igualdad.

¿Y mientras tanto? Esperar que el amor no se convierta en odio. Ni que las alegrías se tornen amargas en las familias destrozadas por esta violencia absurda.

domingo, 26 de septiembre de 2010

EL SÍ O NO AL 29-S

Se acerca el 29-S con unos sondeos catastróficos para los sindicatos. Parece ser que llegan momentos de cambio, que las herramientas de presión del pueblo ya no son el medio más efectivo para reivindicar y para actuar cuando las cosas no van bien.

Demasiadas personas en la cola del paro mientras muchas otras padecen el síndrome de la posible represalia mientras piensan: “Y si luego me echan, ¿qué hago”. La situación, tanto dentro como fuera de las empresas, es muy difícil de soportar.

Y mientras tanto, los sindicatos acaban sus últimas oportunidades para movilizar a la gente. Saben que es un momento crítico para ellos. Su aburguesamiento y la posición privilegiada que han conseguido en los últimos años está siendo cuestionada por el mundo laboral. Pocos ya confían en ellos y el Estado de Derecho, guiado por las cuerdas del sistema neoliberal, quiere que desaparezcan.

Es entonces cuando aparecen los buitres y los amenazan con insultos y calumnias, la derecha, quien se ve con posibilidades de ganar las próximas elecciones, quien entrará en el gobierno con el camino hecho en una reforma laboral y unas condiciones sociales propicias para aplicar, sin resentimientos, medidas favorables al capitalismo y a quienes, se les dará en bandeja la destitución del Estado del Bienestar. Y es entonces cuando aprovecharán para hacer resurgir, de entre las cenizas, el poder económico de quienes causaron esta crisis.
Pero deberíamos replantearnos que necesitamos a los sindicatos más que nunca en su verdadero papel, en ser los defensores de los derechos de los trabajadores. Sin ellos como ayuda en nuestra vida laboral perderíamos ya lo poco que nos queda.

Es momento de reflexión para todos, para sindicatos y trabajadores. Los primeros para que asuman el papel al que necesariamente tienen que dar cobertura, y a los segundos para que no se dejen engañar por falsas expectativas que a fin de cuenta tienen el destino de seguir acumulando riqueza en el bolsillo de solo unos pocos.
Ir o no a la huelga depende solo de ti, de tu capacidad de reacción. No dejes que nadie te coaccione, ni que nadie decida por ti. Necesitamos un mundo justo y mejor, y ojala lo consigamos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Fronteras

Existe un momento crucial para el desarrollo del ciclo social en la vida de las personas y ese momento es el del nacimiento. A partir de ese instante la vida queda vinculada a la tierra que te ve nacer, a sus costumbres, a su cultura y a la posición que ocupa frente al resto del mundo.
Ese es el momento donde un niño pulcro en ideologías, religiones, bondad o maldad comienza su camino y su identidad. Una vida que puede convertirse en fácil o difícil. Una cara lavada con los mejores jabones o manchada del hollín de la pobreza.
Las madres dan a luz en las esquinas de las fronteras aún sabiendo que cada grieta en ellas puede suponer elegir un camino mejor o peor. Y sin embargo, hay quienes no se dan cuenta de este detalle, y cuando esas personas buscan un lugar para su supervivencia, otros, esos a quienes se les ha otorgado el poder los humillan y los devuelven, como si fueses animales sin dueño, al lugar de donde provienen.
Pero parece ser, que en este mundo que va tomando una conciencia individual cada vez más acentuada, nadie se percata de ese pequeño detalle. Y quienes tuvieron la suerte de nacer al otro lado de la frontera, donde el camino es menos costoso, donde las infancias son dirigidas hacia el poder y educadas para gobernar, lo hacen sin piedad. Frente a ellos quedan aquellos que no encuentran jabón para limpiarse la mugre de sus caras, que llevan cargadas en sus viejas maletas la imagen irreal de lo que no son, y colgados en el regazo niños que jamás podrán vivir en la plena libertad de elegir sus caminos.
Allí alzados en el atril del poder señalan, humillan y despojan a los que no quieren de su país. El territorio que ellos mismos se han atribuido y que otros esclavos, llamados ciudadanos, crean para su uso y disfrute.
Nadie se da cuenta de que las fronteras separan, que el mundo se divide en el momento mismo de la concepción.

jueves, 8 de julio de 2010

Reflexiones sobre el mundo en el que vivo

No somos nada, sólo números para el gran capital. Y sin embargo, es de nosotros de quienes sacan la energía para continuar ejerciendo su poder de controlar el mundo.
Yo nací en una familia humilde, ni rica ni pobre. Fue humilde porque se reprodujo con los medios que tuvo en su momento para subsistir y porque se alimentó de la esperanza de un mundo mejor donde primara la igualdad y el respeto humano y dejase atrás un tiempo de dictaduras y momentos de escasez.
Así, de ésta manera fuimos creciendo los más pequeños y envejeciendo los más mayores, con la mirada fija en un estado de bienestar que creímos alcanzable.
Por ello, desde que me hice adulta y tomé la responsabilidad de ejercer mi derecho de ciudadana, como trabajadora, como madre y cómo habitante dentro de la esfera social, dónde he tenido el privilegio de vivir, veo cómo toda aquella luz que vislumbramos va perdiendo fuerza y se está apagando.
Sí, por mucho esfuerzo y empeño de los que vendemos nuestra fuerza de trabajo, y gran parte de nuestra vida a quienes más tienen, seguimos más que nunca en la cuerda floja sin llegar a ser nada de nada. Solamente un número más que en la gran economía del neoliberalismo se transforma en un decimal despreciable.
Ahora, desde la perspectiva de la madurez y los años vividos, la desazón por pertenecer a un sistema que no es ni igualitario, ni justo, ni si quiera capaz de ser, esa milésima parte decimal despreciable, humano la esperanza se desvanece.
Pero esa es la parte colectiva más negativa del ser humano, y quizás, con gran optimismo piense que algún día, y espero que no muy lejano, la situación cambie hacia una verdadera social-democracia. Esa que hoy brilla por su ausencia.

viernes, 25 de junio de 2010

¿A qué llamamos irresponsabilidad?

Se puede eximir la culpabilidad de las autoridades y las fuerzas de seguridad, pero a una irresponsabilidad tan grande, tan masificada y tan dramática se le debe tratar, cuanto menos, con más sensibilidad.
Las catástofres suceden en un segundo. Un tiempo indeterminado donde se conjugan de manera fatídica demasiados ingredientes para explosionar en tragedia. Pero no es momento de echar culpas a las víctimas y a los irresponsables sino de cuestionar al milímetro qué es lo que hace que una noche mágica como la de San Juan se convierta en el escenario dantesco entre brujas, muerte y sangre.

Llevamos demasiado tiempo escuchando sin cesar la palabra crisis. Y sin duda, pocas soluciones se están tomando al respecto, ya que son las cortinas de humo que disipan los horrores las principales protagonistas de la inoperancia y el sin sentido de una época marcada por el desánimo y la irresponsabilidad de quienes se amparon un un neoliberalismo sin control.

Quizás un tema y otro no tengan sentido aparente, pero en el transfondo de cada cosa sí lo tienen. En la convivencia social en la que todos participamos son las autoridades quienes deben determinar y asegurar la seguridad de sus ciudadanos. La falta de solvencia, el desvío de caudales económicos hacia otros lugares (habléses de paraisos fiscales y actos fraudolentos dentro de la sociedad) hacen que las medidas de seguridad se vean disminuidas al límite y, en consecuencia, en las grietas surgan sin escrúpulos accidentes como el de Castelldefells (Barcelona).

Entonces, no llamemos imprudencia (ni le quitemos responsabilidades a quien la comete) a las desgracias que pueden evitarse. Sirva este desgraciado accidente para que nuestros gobernantes dejen de mirarse el ombligo y luchar por sus cláusulas vitalicias y comiencen realmente con la misión que tenían que haber mantenido desde el principio: crear un Estado que ampare a la sociedad.

viernes, 14 de mayo de 2010

HISTORIAS

La vagamunda creía errar por el mundo de los sentimientos pasando desapercibida, hasta que un día el escritor la convirtió en su musa. Entonces dejó de ser nómada para convertirse en la princesa encarcelada de un libro.

miércoles, 21 de abril de 2010

Velos y marcas

Hay un cuento de Jorge Bucay titulado “El Elefante”. Es la historia del elefante protagonista de un circo que mostraba su fuerza y su tesón al público, pero que en la trastienda del mundo de la farándula donde vivía estaba atado a una cadena de hierro. ¿Porqué se preguntó un niño?¿Porqué un animal de tal valía no era capaz de romper su encadenamiento? Y la pregunta era muy fácil de contestar y muy difícil de comprender. Porque aquella cadena estaba desde que el elefante era un bebe, y entonces no la pudo romper, y después, cuando ya era mayor seguía creyendo que jamás podría romperla, y ya nunca más lo intentó.
Una moraleja que podríamos aplicar al tema candente de los velos y símbolos religiosos. Porque no deberíamos debatir entre si se acepta o no el uso de estos símbolos sino el hecho en sí que obliga a las personas a usarlos. Como el elefante, muchos habrán olvidado de que llevan utilizándolo desde la infancia y a día de hoy, su capacidad de juicio queda relegada a su uso sin más.
No deberíamos cuestionar qué símbolos deambulan por los colegios cuando en nuestra sociedad se les permite a las empresas y a las grandes corporaciones publicitarse dentro de los colegios y abusar de esclavos inconscientes a los alumnos que llevan la marca impresa en sus camisetas, deportivos y demás prendas de vestir. La simbología del capitalismo está expuesta frente a nuestras narices y ni si quiera la vemos, pero tenemos el don de sacar nuestra vena racista para atacar a niñas que están en un proceso evolutivo de su propia conciencia. Porque la educación es el mejor camino para llegar a la libertad y ellas están en él. Y quizás el día de mañana, sin obligación ni deber, serán totalmente libres de decidir si cubren o no sus cabezas. Hagamos más fácil su libertad y aprendizaje y cuestionemos más nuestros encarcelamientos sociales como el capitalismo que nos azota.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Todxs podemos

Cuando varias de las empresas más importantes de nuestro país se unen y deciden gastarse 4 millones de euros en ayudar a la gente a que forme parte de una filosofía que nos permita salir de esta crisis, muchos olvidan que detrás de ese gesto altruista, existe un motivo. ¿Cuál es? Reflexionen ustedes.
Hay quienes culpan al ciudadano de a pie de “vivir por encima de sus posibilidades”, pero mi pregunta es quién determina esas posibilidades que nosotros nos podemos permitir, o quién decide poner el límite a ellas. Quizás hace cuatro años nos vimos sumergidos en una economía que bullía y hacía correr el dinero. Quienes agudizaron el ingenio aprovecharon el momento e aumentaron sus ahorros. Ahora, a estas alturas de la crisis, muchos se encuentran desolados, deprimidos porque no llegan a fin de mes, porque la grandísima hipoteca se zambulle todo el presupuesto y la desazón los acompaña.
Campañas para potenciar el positivismo y el consumismo encubierto afloran, porque en el fondo, saben que el poder del ciudadano es grande, y que con mensajes directos y cargados de sensibilidad pueden volver a reactivar la economía.
Pero muchos pensamos que no es momento de reactivar la economía, sino de crear un modelo justo y solidario para todos. De terminar con todo aquello que agiganta a los más poderosos y empequeñece a los más débiles.
Es momento de creer que todos podemos cambiar el mundo, aportar nuestro granito de arena y desechar todo aquello que ha resultado ser perjudicial para la humanidad.
Porque Todxs podemos.

domingo, 14 de marzo de 2010

Los momentos torcidos de mi vida

Sin saber si será o no, yo ya he dejado a su libre albedrío a mi “cabecita loca”. Y la razón no es sólo el miedo a lo que pueda venir, porque lo que venga, de la manera que sea y en el momento que quiera: vendrá.

Pero ahora, en la incertidumbre, comienza una necesaria y nostálgica vuelta atrás. Y viene despacito a veces, rápida otras y la mayoría de veces incoherente. Porque no es que el miedo te haga pensar en lo que puede o no puede venir. Es que, sin darme cuenta, echo de menos todos esos sueños que por culpa de la rutina he dejado escapar, y me vienen ahora para presionar, para que enderece el camino torcido.

Sí, ellos saben muy bien que el camino hay que enderezarlo. Saben demasiado bien sacar esos momentos dónde mucha gente ya predijo que entre lo que se ve y lo que se esconde hay una pequeña puerta que no está cerrada, y que algo terminará escapándose por ahí. Y puede que ya nunca vuelva.

Ahora, sin saber si es o sino es, sentada, de pie, dormida o despierta comienzas a oler el aroma de cada despertar, a sentir la humedad que se queda en la mejilla después de un beso o el eco de todo aquello que se oye pero no se escucha.

Y así estoy, pensando sin querer pensar. Sin miedo y con la necesidad de sentir que no se pierde nada si lo que queremos es seguir luchando…

Sí, son muchos párrafos viudos los que he dejado ahí, solitarios, solos con la idea, pero es que yo también me encuentro en esa sensación, en la de dejar en mi cabeza las ideas para no que no continúen, de momento. Ya lo harán y darán sentido y continuidad a todo.

jueves, 18 de febrero de 2010

AUTOREFLEXION

Si nos paramos a pensar tranquilamente podemos darnos cuenta de la suerte que tenemos y echarle la culpa a alguien en concreto. Sí, hablo de esas personas que achacan todas sus desdichas al Sr. Zapatero: que si llueve, que si truena, que si estoy en el paro, que sino me dan la hipoteca..
¡Y su parte de culpa tendrá!. Pero no toda ni la única. Ý es que, en lo que todos estaremos de acuerdo-y muchos callarán- es que vivimos en un país con una tendencia picaresca que ya roza lo grotesco. Ya lo decía Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre” y es que somos nosotros mismos nuestros propios depredadores.
Los españolitos somos aquellos que predicamos sin dar ejemplo, y yo me pregunto cómo sería España si la gente dejara de defraudar. Porque sí, hay mucha gente en el paro, pero también la hay cobrando la prestación al mismo tiempo, con oportunos empresarios que, como siempre, aprovechan la ocasión. Hay pocas ayudas, pero las que hay solo las reciben quienes tienen un buen asesor y saben como declarar un beneficio de 600 euros al año con un patrimonio de 50 millones. Que se desgatan nuestras arcas y sin embargo somos incapaces de llevar a los tribunales a todos los sinvergüenzas del caso Gürtel. Y si todo esto fuese poco, perdemos por momentos los modales, y en vez de dirigentes diplomáticos tenemos buitres que en lo único que piensan es recuperar el poder que un día perdieron.
Que a España no lo sobra el Sr. Zapatero y sí un momento de autoreflexión por parte de todos.

martes, 12 de enero de 2010

No estamos locos que sabemos lo que queremos

El pasado lunes experimenté una extraña sensación en la consulta del dentista. En una conversación irónica sobre la extracción de mi última muela del juicio ambos llegamos a la conclusión de lo fácil que sería la vida sin preocupaciones y en una absoluta ausencia de complicaciones. La conversación desvió a un tema más complejo pero la situación en la que me encontraba me obligó a mantenerme callada. Imagínense a un dentista haciendo su trabajo, con mi boca totalmente abierta e inamovible y emitiendo sonidos extraños afirmando o negando la conversación que continúo mi dentista. Hoy, al leer una noticia sobre la nueva Ley de Economía Sostenible donde anunciaba que no sólo se cerrarán las webs de descargas ilegales sino todas aquellas webs sin ánimo de lucro que actúan de mala fe y causen daño patrimonial me he encontrado de nuevo en la misma situación. ¿Cuál es la semejanza entre la situación con mi dentista y la de mi gobierno? Pues que en ambos casos, esté o no esté de acuerdo con ellos, se nos tapa la boca y no se nos permite hablar.
No estoy de acuerdo con esta nueva Ley de Economía Sostenible, y mucho menos con la censura con la que nuestro gobierno pretende cerrar bocas.
El mundo de Internet goza todavía de sus propias reglas, para muchos es nuestro medio de expresión y nuestra manera de rozar un mundo que muchas veces nos parece injusto.
Tener opinión de algo e ir en contra de lo establecido no es sinónimo de actuar de mala fe, sino es mantener una conciencia que nos permite discernir entre lo bueno o lo malo según nuestro propio juicio, y por tanto la libertad de expresión que está reconocida en nuestra Constitución es un DERECHO.

viernes, 8 de enero de 2010

“Mis hijos tienen frío”. “¿Y qué? ¡Tienen que hacerse fuertes!

En la vida no hay mejor aprendizaje que el que se hace por la fuerza. Eso opinan algunos mayores cuando nos dan consejos para educar a nuestros hijos. Por esa razón, los padres del CP Clara Campoamor de Elche sabemos, que el frío que pasan nuestros hijos en sus aulas por no tener calefacción no es sinónimo de dejadez ni de despreocupación por la educación que recibimos los valencianos, sino todo lo contrario. Nuestros gobernantes, a la cabeza en educación el Sr. Font de Mora, aprovechan cualquier inclemencia temporal para repetirnos que están haciendo lo mejor por nuestros hijos: los están haciendo fuertes.
Pero yo, como madre de las de hoy en día, sufro. Imagino a mis hijos en las aulas frías de un colegio antiguo, sin buenas instalaciones eléctricas, con un barracón como comedor, con un minúsculo gimnasio ubicado en el sótano del edificio. Imagino a los profesores y a sus alumnos con los abrigos puestos, jugando a fumar con el vaho de sus bocas porque del frío les han paralizado hasta las manos y ya no saben como pasar las horas. Imagino a las cuidadoras de los más pequeños cubriéndolos con mantas en los escuálidos colchones repartidos por el suelo, con el llanto de esos niños agotados pero que no pueden dormir por culpa del frío.
Imagino a esas madres que sufren porque no saben si se les subirá el jersey y quedaran los riñones de sus hijos al descubierto mientras el gélido aire de días como este se aprovecha de nuestra ausencia.
Gracias Sr. Font de Mora, por ofrecerles a nuestros hijos la posibilidad de que crezcan con el espíritu de la lucha. Para que se inmunicen con los resfriados que seguramente tendremos en los próximos días en nuestros hogares, y sobretodo por tenernos tan en consideración y en consecuencia tan bien agradecidos.