martes, 10 de julio de 2012

La conquista minera




   Tengo un nudo en la garganta, y un orgullo que demostrar. Veo las calles de Madrid tomadas por hombres y mujeres que se hacen llamar: “los mineros del carbón”. Siento tal admiración hacia ellos, tal alegría de saber que hay gente tan comprometida y tan capaz de luchar por su propia vida, que me entran ganas de llorar de alegría.

   Llevo mucho tiempo relevándome contra esta crisis y siempre me encontraba con la mismas palabras en forma de escudo para muchos: “No podemos hacer nada, ¿qué vamos a hacer nosotros?” Sí, podemos hacer muchas cosas. Porque pese a que los que están arriba gozan de un poder “divino” somos nosotros quienes con nuestro voto los colocamos ahí, con lo que llamamos democracia representativa, pero ¿de quién?

   Siento la necesidad de abrazar a cada uno de estos mineros, que dijeron “¡basta!”, que se negaron a que les arrebataran su vida y sus sueños y sobre todo, se negaron a que les quitaran el trabajo que sustenta sus vidas y las de sus familiares.

    Siento un gran orgullo hacia estas personas que se han recorrido las carreteras en un acto de fe, pese a encontrar muchas piedras en el camino, muchos soles quemando su piel pero muchas lunas alimentando su lucha.
Como decía Nelson Mandela: “No es valiente aquel que no tiene miedo, si no quien sabe conquistarlo”

A estos hombres tiznados de negro que nos reveláis el valor del ser humano,

¡Enhorabuena! 

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