Autor: Lola Soler |
Y homenajeamos a las aparadoras. Esas grandes mujeres que
trabajaron en la clandestinidad de sus hogares, sin que nadie les ofreciera
unas dignas condiciones de trabajo.
Esas mujeres que criaron a sus hijos entre hilos y cortes de
zapatos, mientras esos niños también refinaban, cortaban hilos, o ayudaban a
sus madres a organizar el trabajo que un repartidor dejaba cada mañana en un
gran saco en el portal. Y que a veces recriminaba la urgencia del trabajo
terminado, sin conceder a esa familia un suspiro para una enfermedad o las
rutinas escolares de sus hijos.
Esas mujeres que mezclaron en sus hogares el olor a cola,
suavizante de la colada y el cocido de los fogones, sin una mínima prevención
laboral que les amparara.
Esas mujeres que no tenían horario, y que muchas veces, ante
las premuras, ya ponían sus máquinas de aparar a tempranas horas de la mañana,
y que para muchos de nosotros fue el sonido del despertador.
Homenajeemos a esas
mujeres que hoy sufren enfermedades como la fibromialgia o la parálisis del
calzado y que por ser invisibles en la seguridad social, muchas carecen hoy de
una jubilación digna o de una calidad de vida decente.
Y hoy, les rendimos
tributo a bombo y platillo. Les dedicamos una plaza, y vamos borrando signos de
otro color, y pintamos de demagogia y de adules inmerecidos a quien, en la
realidad, mira hacia otro lado evitando que sus ojos se contaminen del mal real
de esta sociedad.
Sí, homenajeemos a esas mujeres invisibles, víctimas de una economía
sumergida, de un trabajo esclavo que se sumó a ser madres y esposas en sus
hogares, y que nadie quiso festejar ni atribuir.
Precioso homenaje y muy merecido. Hoy en día sigue habiendo mujeres que trabajan en la clandestinidad, cada una con su historia y merecen nuestro respeto y apoyo.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarSoy Lola Soler, la creadora de esas imagenes que exhibes en tu artículo, imagenes sacadas de unas obras qque pertenecen a una exposición realizada el 8 de Marzo Dia Internacional de la Mujer, con ellas mi pretensión era hacer un homenaje a esas mujeres a las que llevo años pintando y conviviendo con ellas son mujeres reales, que aun existen, mujeres que han trabajado y trabajan en condiciones infames en la clandestinidad como tu bien dices, pero mujeres que al fin y al cabo se merecen este homenaje, y que lo agradecen de una forma que no te puedes imaginar.
Me gusta que esta exposición haya inspirado tu artículo, pero me habría gustado algo menos de ironia en tus palabras pues mi homenaje esta hecho desde el corazón y el conocimiento, espero que tu articulo también haya sido escrito así.
Atentamente
Lola Soler.